sábado, 7 de noviembre de 2015

Cuando todo pasa

Bocas como tumbas, donde muere el beso,
cuerpos como inviernos, donde solo hay hielo,
manos que no tocan, brazos que no abrazan,
pieles que no arden porque mató el tiempo.

Silencios paridos entre más silencios,
miradas de ayeres, nostálgicos rezos;
nosotros sin pluralidad: vos y yo; solo eso.

El tiempo, bendito sea el tiempo,
el tiempo, ¡maldito sea el tiempo!;
nosotros y el tiempo, nosotros sin tiempo.

Te miro y me veo inevitablemente,
sos como un reflejo de algo que fuiste,
como algo apagado, sin brillo, sin luz...
Sos lo que soy justo acá a tu lado: nada.

Los besos se han muerto, también las miradas;
el deseo del otro, la necesidad del otro,
han muerto también...

Es culpa del tiempo,
el tiempo que crea y mata sin piedad.

El tiempo, bendito sea el tiempo,
el tiempo, ¡maldito sea el tiempo!;
nosotros y el tiempo, nosotros después.

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