Jamás se debe detener a un soñador

  Cuántas cosas nos perdemos por miedo a perder...El mundo en realidad es de los locos, ellos no temen perder la cordura por amor porque jamás la han tenido, no son como nosotros: son mejores; mejores soñadores, mejores amantes, mejores, siempre son mejores porque se dan por completo en cuerpo y alma sin preguntar qué les darán a cambio luego de brindarse enteros a querer. No se preguntan cuán profundo puede hundirles el amor la puñalada del desengaño ni si morirán entonces o sobrevivirán para volver a intentarlo; nada de eso se preguntan, solo aman y lo hacen con la intensidad de saber que dar amor es darse vida.
Nosotros, los que nos decimos racionales y hemos ido curándonos de esa locura con el paso de los años, sin darnos cuenta nos fuimos aferrando a cosas que poco a poco fueron aminorándonos el paso y más tarde o más temprano acabarán por detenernos mucho antes de llegar adonde vamos.
Algunos, como yo, de tanto desengaño junto hasta descree de que el sol sea el sol y un sueño algo más que una utopía. Eso hace el poner los pies en el suelo: nos inunda de esta maldita cordura que el común de la gente llama vida.