Del misterio del alma y otras yerbas

  Que extrañas son las manos del viento que acarician pero no tocan, que abrazan pero no aferran, que sientes pero no ves; extrañas como las tuyas que no conozco pero imagino, que no he visto pero he besado, que no me han tomado jamás pero juro que sí.
Que extraño hipnotismo ese del mar que me llama a verlo sin cansarme, a admirarlo así en silencio, a pensarlo aunque me haya ido lejos o bese mis pies como un monstruo dormido hasta mi próximo movimiento; extraño como tus ojos paridos en el Cauca, hechos de miel y café, míos por amarlos sin haberlos cerrado en cada sueño aunque juras que sí. Extraño como ese rictus en tus labios que se quedan sin palabras cuando susurro un “te quiero”.
Que extraña relación esta del día y la noche que insisten en quererse aunque estén destinados a nunca alcanzarse, a verse entre sombras, a cruzarse...;extraños como los silencios que me cruzan el alma cuando ya no te veo.