Se me agolpan las palabras en la mente y me martillan en las sienes todo el día recordando cada cosa de estos dos años, los tiempos en que realmente hablábamos, que podíamos comunicarnos, cuánto nos gustaba robarle las horas a la noche para soñarnos despiertos; todo eso pienso ahora, de una u otra forma sigues girando en mi cabeza todo el día: antes como algo idealizado, ahora como un simple sueño.
Ya no hablaremos de nosotros nunca más, eso es un hecho (me he propuesto que así sea), quizá lo hagamos de tanto en tanto pero ya sabiendo que mi amor jamás fue correspondido, que fue un engaño, una utopía, un deseo solo mío. Por eso quizá hablemos algún día, de vez en cuando...
No te voy a rogar que me quieras, el amor no se ruega.

No hay comentarios:
Publicar un comentario