Jamás creí en el azar, ni en fantasmas ni magos ni quimeras, pero no entiendo por qué estúpida razón me embarqué en este viaje de emociones tan contradictorias que solo me dejaron vulnerable y navegando a la deriva. Por qué ni la edad, ni todo eso que se adquiere con los años y llaman sabiduría, no pudo detener el que llegaras y te instalaras casi sin permiso en mi vida; que me doblegaras con palabras, que me dominaran tus miradas...
Ya ves, el corazón siempre hace lo que quiere y con vos, y más conmigo, se empecinó en maltratarnos buscando inútilmente desatarse...y hasta ahora no ha podido.
Ahora creo en utopías: creo en que algún día tomaré un rumbo fijo y llegaré hasta tus orillas; que dejaré de naufragar al fin, que caeré rendida para siempre en las playas que bañaron de lágrimas hasta ahora tus mejillas y ya no me iré más, me quedaré a vivir bajo el sol que besa el Cauca, me dormiré para siempre mirando sus colinas.

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