lunes, 11 de agosto de 2014

El paso que jamás debimos dar


  No voy a decirte que no me importa cuántos labios más toquen los tuyos antes que lo hagan los míos, no puedo mentir, me muero con solo pensarlo; son míos por amarlos, por desearlos todo el día, por quererlos desde antes que esos otros…míos y no los tengo, míos y no sé ni qué sabor tienen…No voy a mentirte porque ya ni me sale, no haré como que me da igual que sigas con tu vida y yo siga con la mía porque ni eso me creo ya; quiero estar contigo, esa es la verdad, quiero y no puedo y me envilece y enferma la sola idea de que alguien más te toque, que alguien más te quiera y te prometa un futuro que yo jamás podré darte ;¡ eso me enferma !.
Ahora seguramente me dirás que no debo pensar así, casi que puedo escucharte mucho antes que lo pienses siquiera :”- Sabías a qué atenerte al enamorarte- dirás-, era un hecho el que jamás seríamos nada más que este deseo…”. Maldigo tus palabras mucho antes de escucharlas, ya las odio, las odio por recordarme que había una línea imaginaria que jamás debí cruzar... y la crucé.


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