
domingo, 1 de septiembre de 2013
Tierra de gigantes
Negras nubes se posan sobre Tartús, alguien osa despertar al guerrero que dormía el sueño manso del tiempo: abrazado por lunas; vestido con sangre el cuerpo entero. Negras nubes lo cubren apenas pero ya se despereza largo a largo en los desiertos, en las montañas, en el mar negro, en el Mediterráneo; se retuerce inquieto sobre el osario que tiene por cama y ha de levantarse al fin el dios que ajusticie detractores, a bárbaros infames que se hicieron con el mundo como si a éste pudiesen sobrevivirlo, como si fuesen eternos… Negras nubes de miserias se posan nuevamente sobre Tartús, sobre Antarados, y se ven desde mi sur como el fuego que apagará la osadía, como un grito que unirá universos, como el fin y el comienzo de todo. Ya despiertan los gigantes para que la tierra tiemble de miedo, de espanto, y renazca de entre las cenizas como un ser nuevo.

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