domingo, 1 de septiembre de 2013

De Isabel a Chavela

Chavela tiene fuego en la mirada,
tiene un volcán dormido en La Fortuna,
tiene tierra quemada,
tiene días sin soles,
tiene un frío en el cuerpo que la apaga.
Una vez fue Isabel, hoy es Chavela.

A Chavela le agoniza un lamento cuando canta,
que se retuerce y sube a la garganta que se desgarra y trepa,
que la atrapa,
como cortando a lonjas hasta el alma.
Una vez fue feliz, hoy es la nada.

Chavela plañe un dolor que no se agota,
que se estira y renace,
que florece y retoña,
que le punza en el pecho cuando crece,
como espinas clavadas de mil rosas.
Una vez quiso bien, pero fue mal amada.

Chavela llora sola lo que quiso,
lo que quiere y querrá por los siglos de los siglos : a Chavela le duele su “llorona” .
Una vez fueron dos, pero ahora está sola.

Chavela tiene por manos dos raíces que se anclaron en tierras de guerreros,
que lucharon las luchas de los pobres ,
que compartieron pesares y desvelos ;
pero nacieron libres en las costas y hasta ellas volvieron ya sus restos.
Una vez fue extranjera, hoy trashuma su historia por la América toda.

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