de panzas hinchadas y rasgadas ropas,
de perros muy flacos y panes con moscas,
de casitas chatas y esperanzas rotas;
así ha sido siempre nuestra deuda interna.
De manos callosas y mirar ingenuo,
de cuerpos gastados y cansados sueños,
de pequeños cultos y gigantes rezos,
de guisos escasos y libros sin versos;
así ha sido siempre nuestra deuda interna.
De vientres ya secos de parir lamentos,
de llantos que pronto silenció el silencio,
de cosas que vieron que vienen de lejos,
que tienen los otros ,que jamás les dieron;
así ha sido siempre nuestra deuda interna.
De nosotros, de lo nuestro, de lo suyo ,de lo vuestro…;
así ha sido siempre esto cosa de otros : nuestra deuda interna con nosotros.

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