lunes, 22 de julio de 2013

“PASTEL DE CHOCOLATE VII”

Después de aquella conversación telefónica con Sebastián caí en la desesperante idea de haber cometido un error. La incertidumbre de no saber de qué manera iba reaccionar me llenó de miedos : temí que hubiera tomado a mal mi confesión, que creyera que me burle de él cuando le dije aquello ,que eso ,sumado a la necesidad de encontrarnos al fin como amantes pudiera hacerle creer que yo estaba jugando solamente con él…”No debí decirle nada”, eso me dije todo el día “no debí contestarle cuando insistió o debí mentirle” ,podría haberle dicho un “no” que le creara dudas o simplemente cortar la comunicación y dejarlo pensando cualquiera de las dos respuestas . Él no volvió a llamarme ese día y yo me contuve de hacerlo. Por la tarde noche volví a mi casa pensando encontrar la postal ideal de la familia reunida pero no tuve esa suerte :Martín había hecho llorar a Miriam impidiéndole usar la computadora y Celeste lloraba porque Miriam lloraba…Apenas entrar las dos se abrazaron a mí y entre llantos me contaron lo que había sucedido, las calme y les permití usar mi computadora para descargar videos de Disney como solían hacer ; después fui junto a Martín y le pregunté por qué no la había dejado hacer lo de siempre un momento y no me contestó, se cruzó a otra ventana de Windows para evitar que leyera lo que escribía en un correo electrónico y puso su mejor cara de “no tengo ganas de hablar” por demás conocida. Cociné, cenamos solas ya que Martín no se desprendía del correo; luego limpiamos, hicimos la tarea de la escuela y después nos acostamos dejándolo en su mundo. Así de pronto terminó el sueño de cambio que planteó con su renuncia. En los días sucesivos nada supe de Sebastián. Con Martín “jugamos” a ser una pareja un par de días y luego todo volvió a lo acostumbrado : fuimos al cine ,a pasear ,a divertirnos y después volvimos a ser dos extraños compartiendo una casa. Además ,para sumar a esa desazón ,Martín había dejado al fin su trabajo y se pasaba el día entero en la casa ; Había comenzado a imponer sus reglas por sobre las mías y no paraba de pelear con las nenas por todo. Se levantaba tarde y se acostaba más tarde. En algún momento de su desorden horario dejamos de coincidir y nos desencontramos pronto en la cama: yo dormía mientras él estaba en el chat y él dormía mientras nosotras nos íbamos de la casa a cumplir con nuestras tareas. Pronto volvió a estar ausente. Entonces ya no solo me tenía que encargar de TODO lo que ya me encargaba, sino también de él .Había sido estúpido creer que podríamos arreglar nuestra pareja ,nuestros abandonos, con el solo hecho de “volver”; ninguno de los dos sabía cómo manejar este “regreso” de otra manera que no fuese la acostumbrada. Así entonces un día sin saber de Sebastián se volvieron dos y dos fueron tres y tres fueron cuatro…Hasta que volverse insoportable esa necesidad de sentirme deseada ,alagada ,protegida ,se hizo visible en mis cambios de humor . Ya no daba más ,ya no podía no saber de él así que me dejé llevar por un impulso y fui hasta su casa a buscarlo. Era media mañana , recuerdo, pedí permiso pretextando un trámite urgente y me fui .No pensaba en nada más que besarlo ,en abrazarlo y dejar que hiciera lo que quisiera conmigo, no podía dejar que también me abandonara , no aguantaba la idea de que me quitara la ilusión de sentirme viva otra vez diciéndome que lo que teníamos había terminado; estaba decidida a dejarlo todo si él solo lo pedía. Así de vulnerable golpee a la puerta de su departamento esperando encontrarme con un hombre ofendido, violento …pero nadie salió a atenderme ,insistí ,pero no había nadie en el lugar aparentemente. Arranqué una hoja de la agenda y escribí “Necesito verte” y puse mi nombre en ella luego de doblarla, después la pasé por debajo de la puerta y me retiré ;me sentí una adolescente tentando suerte en esto del amor por vez primera pero no me arrepentí . Bajando las escaleras marqué su número de celular pero seguía apagado. Qué había sido de él, dónde estaba, por qué no me hablaba, no me llamaba …?. Llamé a Lucía, desde siempre ella había tenido todas mis respuestas: -“Hola, amiga, cómo estás?” -“Yo no soy la que llamo así que seguro me encuentro bien !”-respondió riendo. -“Quisiera decirte que estás equivocada…pero no ,tenés razón ,tengo un problema …” -“Si tu “problema” se llama Martín siento decirte que no puedo ayudarte, me declaro ignorante para aconsejarte sobre cómo hacerlo “parecer siquiera un hombre”. -“No, no es eso ,mi problema se llama Sebastián .Hace mucho que no sé de él y creo que es por mi culpa…”. -“ Hicieron “algo” desde la última vez que me contaste ?” -“No, Lucía, no hicimos nada ,Martín volvió a casa y Sebastián dejó de verme y hablarme un día después”. -“¿ Por qué dejo de verte, qué sucedió ?”- no sabía cómo contarle, por eso hice un silencio que fue bastante incómodo y después encontré la manera de hacerlo. -“ …Mira…después de la primer noche con Martín él me llamó…” -“ Ajá !” -“ … Le conté que había venido Martín y por eso no nos vimos en el parque esa mañana…” -“ Sí , y…? “ -“…Me preguntó …no sé cómo decirlo…” -“ Somos grandes ,nena , decílo y listo !”- me alentó a hacerlo. -“Me preguntó si habíamos hecho el amor con Martín…” -“jajajaja, que tarado!!, estás haciendo vida de monja por culpa de ese idiota y te pregunta si tuviste sexo con él ? jajajajaj” -“No, no me preguntó así!! , me preguntó si cuando estuve con Martín…en realidad lo estaba pensando a él ahí ,en ese momento…” -“Noooo….- dijo y luego de una pausa preguntó- ¿Y qué le dijiste ?” -“La verdad :le dije que sí. Después de eso no he sabido más de él” -“ Creo que te mandaste una macana! “ -“…Por primera vez coincidimos : creo lo mismo…Qué crees que debo hacer?” -“ Ya no sos una adolescente, Lorena, no podes hacer que un hombre te “tenga la vela” hasta que decidas qué hacer porque lo más probable es que “desaparezca” así como lo hizo Sebastián. Si me pongo en su lugar solo puedo pensar que “lo retaste a duelo” (no olvides que los hombres toman todo personal cuando de sexo se trata),ahora bien…no sé si él” tomó el guante “ o simplemente no aceptó el mismo y por eso se fue, o si se retiró a pensar qué hacer y va a volver a “reclamar” lo que le debes!!. No lo sé porque no lo conozco personalmente , pero guiándome por lo que conozco a nivel general sobre hombres te digo que va a volver por lo que le “debes”.” -“Ojala tengas razón” –le dije, luego nos saludamos y corté la comunicación. Tomé las palabras de Lucía como un aliento ,me reconfortó saber que él seguramente no se había ofendido conmigo por lo dicho sino más bien podía haberse sentido halagado por mi confesión . Eso me alegró el día , pero la interrogante de no saber qué había sido de él aún me preocupaba. Volví a mis tareas ,al tedioso trabajo de oficina que solo me ofrecía el descanso del afuera que solía observar de tanto en tanto. En eso estaba casi al finalizar la jornada cuando me trajeron un sobre que solo tenía mi nombre (sin apellido ni nada) y el departamento en que trabajaba y la tarea que realizaba; así que dedujeron que era para mí y me lo alcanzaron . Era un sobre común, sin sellos ni cosa parecida ,estaba pegada la solapa así que lo abrí cortándolo ,tenía una tarjeta de invitación muy bonita que decía :” Segunda muestra de fotografía urbana “ Buenos Aires Salvaje” , salón de Arte Fotográfico ,Buenos Aires Design Suites. Sábado 11 de Mayo Expone : Sebastián Bulgheroni ,22 hs.” , y al pié decía, agregado con birome ,“ Te espero”. No podía ser una coincidencia que esta carta llegase el mismo día en que le dejé la nota en su casa, pensé , y por otro lado… “quizá estaba ahí cuando la dejé “. Nunca había ido a ese lugar así que lo primero que hice fue entrar en google y observar de qué se trataba y cuando lo hice me quedé más que sorprendida, no era un hotel común, estaba en Recoleta. Primero creí que era un chiste :”cómo va a exponer Sebastián ahí “,me dije; pero luego caí en la cuenta que no sabía prácticamente nada de él así que me dije que “este hombre misterioso” podía sorprenderme todo el tiempo. Me fui a mi casa llevándome el legajo de Sebastián para leer. Esperé a quedarme sola para hacerlo : cuando me acosté y Martín se quedó en la computadora perdiendo el tiempo lo abrí y encontré que parecía haber estudiado en el colegio Saint Paul ( un colegio privado de Recoleta) y había cursado dos años de la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad de Palermo y un año en la carrera de Humanidades; luego había terminado la carrera de Fotógrafo Profesional .Había anexado una hoja que daba cuenta de conocimientos en computación y electrónica en general. Daba como referencia laboral haber trabajado en las oficinas de una petrolera y luego en una concesionaria de zona norte, un Mac Donald y en una de las sucursales de la cadena de supermercados Jumbo . Tenía como lugar de residencia el departamento que le conocía, ningún otro anterior, decía ser soltero, no tener hijos a cargo y poseer tiempo disponible. En su carta de presentación solo decía estar buscando un empleo que le proporcione más experiencia en relaciones humanas . Sin duda no era lo que esperaba encontrar ,ahora era un misterio de verdad: quién era y qué hacía eran casi un reto a mi curiosidad. Me dije que debía ir a esa exposición y comencé a planear la excusa para poder ausentarme ese sábado de mi casa y de mis cosas.

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