lunes, 28 de marzo de 2016

El traje de mujer te queda holgado


  El cielo lleno de palomas, un sol brillante y limpio, y tus ojos curiosos de vida; así te veo. Un árbol como un alma plantada en tu patio: mutilado, roto pero brotándole retoños de vidas que quieren ser; un árbol como nido de otras vidas que sí andan. 
La dinámica como constante, los extremos de una soga sobre la que pendulan tus emociones encontradas y una mesa llena de alter egos conque almuerzas y cenas y hasta duermes intentando ser uno y todos ellos para no dejar de ser tú; pero no ves que ya eres, jamás puedes verte…
La hamaca como cama, un trago de vino tibio conque me quitarás el catarro a millas y mundos de distancia y nuestras risas sonando en mi cabeza minutos antes de dormir, eso también eres; paseos a la tienda donde compras galletitas que jamás comeré por estar tan lejos, diálogos de locos hablándote desde mi casa y tú en la calle, mostrándome el lugar donde vives y llevándome contigo como ese niño que atrapó a una luciérnaga en un frasco y hará de ella lo que el tiempo que ella viva le permita hacer: verla, saberla atrapada y a su merced; si quieres revientas mi luz sobre tu piel y ves desaparecer mi brillo lentamente (mi sangre, mi alma que alumbra hasta que acaba), o simplemente me ves hasta dormirte aparecer en uno y otro lado de ese frasco en que me has encerrado.
 Eres un mundo donde estallan otros mundos pero desde dentro, un sol, un sol rodeado de lunas que buscan tu calor para dejar la blancura y frialdad de sus noches rasgadas de soledades, eso eres sobre todo, yo lo sé; estás rota, pequeña niña, rota como ese hielo conque explicaste como queda el alma luego de ser “enfriada” por quienes amamos y apenas si nos quieren…pero al calor de otros soles has de volverte a “juntar”, también lo sé, para ser agua que se de a beber a otras almas para que sobrevivan en este desierto de emociones por el que vagamos.
  Mi gato ha subido a mi ventana y ve con las orejas paradas, está atento, afuera una mariposa revolotea en jardines que el otoño se empeña en marchitar. Afuera ya es otoño, adentro hay primaveras en el alma, niña.





1 comentario: