El corazón es muy puto: ama con desesperación a imposibles y se olvida de querer con una facilidad increíble si no es correspondido; tiene memoria de desplantes como la mano que con fuego se ha quemado o la piel que se ha enfriado a falta de caricias. Es un órgano que bien puede dirigirnos ciegamente hasta la boca que se roba nuestros sueños como alejarnos; creo que tiene vida propia. Mi corazón vive locamente y yo quiero ser sensato. Le digo que te olvide pero no tiene oídos, le imploro que te deje pero jamás te ha aferrado porque ni manos tiene…es su pulso, su dolor, su encanto o desencanto el que me tiene distraído y me confunde: no sé por qué te amo; ignoro qué hiciste para enamorarlo pero me enferma esta necesidad, me consume.
Me receté para curarlo de ti mucho café, mucho silencio, ya no hablarte ni escucharte, pero han pasado minutos de esta condena impuesta para desprenderte de él, de mí…y ya te extraño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario