Es difícil explicar el abandono, uno puede sufrirlo de mil formas, pero el sentimiento, lo que provoca en uno, el vacío que se siente, el dolor, es indescriptible. Cuando se pierden afectos se asume esa pérdida haciendo un duelo y a veces es una procesión interminable de recuerdos los que los suceden hasta volverse solo uno más de ellos; algo que existió hace ya mucho tiempo y hasta parece que en otra vida y fue de algún otro. Pero cuando se renuncia a los afectos, cuando el puto orgullo de uno u otro lado se vuelve una barrera infranqueable para retomar cualquier diálogo, para decirse los “te quiero” desprendidos que salen desde el alma para entibiar los pechos, para hacerse carne, sentimiento…entonces ya no hay vuelta atrás y el abandono, esa forma de abandono, tendrá un duelo lento y doloroso de labios cosidos a grandes puntadas apretadas.
No sé, a estas alturas de los acontecimientos, si te estoy abandonando o solo te estás yendo; pero puedo suponerme abandonada ya desde tus silencios.

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