No se debe tener un amor prohibido, no es sano ni aconsejable. Los amores prohibidos suelen ser más demandantes que aquellos que no lo son, viven alimentando deseos que pocas veces podrán concretar, se roban nuestras horas de sueño y nos convierten en seres estúpidos el resto del día; dan vueltas en nuestra cabeza ocupando todos los resquicios de cordura que puedan quedar luego de dolernos y ardernos en el cuerpo como una tortura diaria. Un amor prohibido es una maldición, eso es : una necesidad que jamás calman las palabras, un beso que se espera con ansias, el contacto que hasta se sueña despierto; es como un embrujo que te amarra la razón y el corazón, te desquicia lentamente. Uno cree en imposibles cuando ama así, la vida vale la pena, se respiran aires nuevos cada minuto en que uno se sabe amado aunque de lejos…
Por eso no se debe tener un amor prohibido, no es aconsejable, la gente debe vivir pegada al suelo y no perderse todo el tiempo prendiendo suspiros en el cielo, volada, soñando; debe vivir, como es la costumbre, vivir muriendo.

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