
lunes, 5 de agosto de 2013
“Pastel de chocolate IX “
La habitación estaba en penumbras, por un gran ventanal que daba a la calle entraban los ruidos del afuera y las luces de la noche ; las cortinas blancas se movían apenas con la brisa que las acariciaba. Entramos y caminé hacia la ventana mientras Sebastián me seguía lentamente tomado apenas por el roce de mis dedos entre sus dedos, todo el lugar era muy erotizante: íntimo, silencioso; podía escucharlo respirar, sentir que me observaba …a un paso del afuera me volví y pude verlo con una mirada tan distinta y profunda que desconocí: la luz acentuaba sus rasgos fuertes imponiéndole los claro oscuros de las sombras, los grises ; y solo sus ojos verdes parecían cobrar vida con luz propia .Se acercó y deslizando suavemente una mano me tomó de la cintura y sin dejar de mirarme fijamente me atrajo hasta pegarme a su cuerpo, entonces quise besarlo y alejó desafiante la cara , tomó mi barbilla con la mano ,deslizó su pulgar lentamente por mis labios y los abrió sin dejar de mirarme a los ojos, a mi boca ,ni dejar de sostenerme con fuerza por la cintura para que pudiera sentir su sexo rozando mi sexo. Pude sentir acelerarse nuestros pulsos casi al unísono , nuestro respirar cuando cambiaba ,nuestro deseo…Se acercó y me besó lentamente ,se retiró y volvió una y otra vez sobre mis labios como buscando guardar la imagen de mi cara ,de mi entrega , mientras comenzaba a desprender uno a uno los botones de mi blusa con suma delicadeza: tocándome apenas , rozándome casi como en un descuido al hacerlo. Yo lo dejaba hacer totalmente sometida al deseo que me había alimentado imaginar siquiera ese día ,ese momento ; sentía su lengua húmeda hacerse parte urgente del beso ,lo veía mirarme al desvestirme ,lo sentía entregado a la tarea de hacer inolvidable esa noche e irrepetible ,única ,como el final de algo y el principio de todo. Quitó mi blusa y también su camisa , me pegó a su pecho y sin dejar de observar fue tocando con la yema de los dedos el contorno de mis senos ,los pezones… me empujó suavemente hasta la cama y ahí me sentó y ahí me acostó sin decir una palabra; me acabó de desvestir e hizo lo propio y entonces recostándose a mi lado me besó tan apasionadamente que me hizo sentir poseída por él desde ahí , buscó con su mano la humedad de mi deseo en mi entrepierna y me arrancó genuinos gemidos que ya había olvidado de donde nacían .Me besó en el cuello… besó mis pechos…se deslizó apasionadamente hasta mi sexo y entonces (sabiéndome entregada totalmente ), tomó mi mano y pasó la lengua por mis dedos a escasos centímetros de mi sexo : “…por favor…”, rogué ,pero solo conseguí que colocara mi mano sobre su rostro y mirándome dijese por lo bajo“ decíme qué es lo que querés” y siguiera besándome tan cerca que me hacía retorcer de ganas ,” decíme…”,insistió casi obligándome a pedirle abiertamente esos besos que se robarían para siempre mis vergüenzas volviéndolas descarados pedidos de gozo, de vida : “…por favor…quiero que me beses…”, dije en un ruego que fue más un lamento que un pedido ; y entonces él lo hizo: me invitó a tocar su boca ,su lengua cuando lo hacía… y pude sentir como me incendié de golpe y luego me vine soltando un gemido que jamás antes me escuché ,como desde otro yo , desde muy dentro, y me cubrí la cara luego ocultándome de él…de mí. Entonces, solo entonces, subió sobre mí y aferrando mis manos a los lados de mi cara ,sobre la cama, me miró fijamente y me penetró con fuerza y se quedó dentro mío un momento :” ahora sí soy yo”, me dijo ; y reclamó para sí todo lo que tenía para darle.

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