domingo, 30 de junio de 2013

Roxana

“Usted es como pocos -dijo desgajando una mandarina y mirándome mientras comía -, es de esa gente que no puede querer más porque parece que le han hecho muy chico el corazón pero no porque no quiera, sino porque no puede!. Se nota en su mirada –me señaló entrecerrando los ojos como quien puede leer al otro con solo verlo- , es tan inocente todavía que cualquiera la engatusa como quiere ,no sabe discernir aún quién es bueno y quién es malo; cuando conoce a alguien solo ve lo que quiere ver, por eso le va como le va!!.” -“Y cómo me va?”-pregunte mientras ella se llenaba la boca con más gajos obligándose al silencio. -“ Mal… - contestó medio tragando, medio mordiendo -, cómo cree que le puede ir a alguien que piensa más en los otros que en sí mismo?: MAL!!. Van a seguir engañándola a lo largo de su vida hasta que se le vuelva una costumbre ese dolor por ser ingenua, se aguantará más de una vez las ganas de mandar todo a la mierda : a propios y ajenos también ; de contestarles lo que realmente piensa de ellos y dejar de callarse por no hacerles daño. Se va a quedar esperando ser correspondida por quien ama como ese perro que espera ser recompensado por ser fiel a su amo y al final , como siempre pasa en estos casos, no habrá tantos huesos para darle como palos . “ -“Y qué me aconseja usted hacer para cambiar mi destino?”- le dije casi susurrando. -“Nada – me contestó tomando las manijas de sus bolsos. Ya llegaba el colectivo y se paró para tomarlo- , le aconsejo que no cambie nada .No se puede sumar a este mundo más miserias volviéndose una más de las que hay, siga siendo como es ,porque después de todo… usted es como soy yo, y al final del camino termina encontrando lo que merece y más ,mucho más!”- solo entonces sonrió y tocándome la cara sentí el olor a mandarina como cuando mi abuela me solía acariciar. La ayudé a subir los escalones del micro y la vi partir .

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