domingo, 30 de junio de 2013

Empezar de nuevo

Me encontré con Katherine en un café cercano al lugar donde trabajaba, ella pidió hablarme y yo solo respondí .No nos conocíamos realmente, solo por fotos y algunas conversaciones sueltas en el chat ,así nos tratamos hasta entonces y alcanzó para satisfacer esa “amistad sin compromisos” que se practica hoy día por las redes sociales ;pero ahora precisaba algo de verdad y me citaba.” Quiero que hagas un cuento – dijo luego de dar algunas vueltas sobre otros temas -,necesito que cuentes lo que me está sucediendo ,que lo narres como mejor te salga ,como te parezca, pero buscando volverlo una historia que pueda recordar cuando lo lea más adelante como a un momento de mi vida que me dejó una enseñanza ,que me impulsó ,que pudo proyectarme hacia lo que luego fui.- hablaba y se le humedecían los ojos, yo solo la miraba intentando no incomodarla ; su voz se quebraba mezcla de rabia y dolor – Quiero que cuentes que tengo 27 años, que sufro la lejanía de seres queridos que se han ido y no sé cuándo van a volver, que terminé una amistad que realmente me importaba ,me divorcié y enfrento como puedo la soledad ; que me encuentro estancada ,como suspendida en un espacio del tiempo, sin más metas que vivir el día a día y pensando en todo momento si vale la pena estar tan inmersos en este mundo de “pruebas” a las que no sabemos ni cómo responder…”.- se tragó a duras penas las lágrimas que le producía contarme todo eso. Pensé en lo frágil que nos vuelve el dolor ,en cómo nos debilita ,en cómo nos desnuda descaradamente ante propios y extraños convirtiéndonos en lo que simplemente somos y no en lo que inventamos para transitar frente a los otros : -“ Suelo ver la vida- le dije-, los actos que protagonizamos en ella, como a las ondas que produce un objeto al caer en el agua : yo soy el objeto y mis decisiones ,desde mi entorno hacia afuera, afectan en mayor o menor medida a otras vidas ; así, si bien puedo ser el objeto con respecto a lo que decida, también puedo ser parte de esa onda que provocan las decisiones de otros.- ella se limpió las lágrimas con un pañuelo que sacó de su morral y me miró prestando atención a lo que decía- Ver las cosas que suceden de esta forma, no solo me convierte en responsable de mis actos, de esos actos que consideraría solo propios sino los pusiera en el centro de una reacción que afecta a otros; sino que, también, me da el lugar de simple espectador con respecto a las decisiones que pueden tomar los demás .” -“ ¿Y en qué te ayuda eso?”.-dijo ya compuesta. -“Me ayuda en saber que solo son dueña de mis actos, nada más, en que no puedo evitar la dinámica que se produce al ser una parte de este todo que somos, ni me sirve de nada lamentar lo inevitable. Que no puedo dirigir más que mi vida y acompañar ,solo, el desarrollo de otras vidas, nada más”. -“ ¿Así vivís bien, sin preocupaciones?.”- preguntó como desafiándome a contestar . -“No, nadie puede vivir sin preocuparse, pero así vivo sabiendo que tanto dolor puedo recibir como provocar y me cuido mucho de evitar lo segundo tomando decisiones que no afecten en gran medida a los demás”.- se quedó cavilando un momento ,luego dijo : -“Pero los objetos en el agua se hunden …y te ves como un objeto! “.- me causó gracia que buscase derrumbar mi teoría de cómo vivir para justificar su necesidad de una explicación más profunda ,filosófica. -“ Es un cuerpo…¡a la larga, todos los cuerpos se hunden ! “.-Seguimos en el lugar un tiempo más, charlamos sobre su presente lleno de dudas e interrogantes de cómo seguir viviendo luego del abandono, de cómo recomenzar otra vez sola , del futuro y de que debe dejarse sorprender .Descubrí en esa charla a una joven fuerte y decidida que se había detenido de repente y se encontraba confundida pero no perdida, que sabía lo que quería y cómo llegar a obtenerlo pero en ese momento no lo veía como una prioridad.-“Entonces – me dijo en un momento- ,¿vas a hacer el cuento?”. -“No –le contesté sonriendo -,ya lo has hecho tú “.

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